Aún recuerdo cuando me compré mi cámara réflex. Estaba tan emocionada y atareada aprendiendo a utilizar todas las opciones de la cámara que ni me planteé disparar en otra cosa que no fuera Jpeg. Después de todo, con un buen procesado se soluciona cualquier defecto que pueda surgir en la foto, no? Pues no, nada más lejos de la realidad.
Lo cierto es que disparar en Raw representa una gran diferencia a la hora de procesar una imagen. Podemos solucionar problemas de subexposición, sobrexposición, balance de blancos... o, incluso, salvar una foto que ya dábamos por perdida. Que levante la mano quién no haya hecho una foto de un momento irrepetible y ¡Oh cielos, tierra trágame! la velocidad estaba demasiado alta y salió muy oscura.
Veamos un ejemplo:
Esta imagen fue tomada con unos valores de Velocidad 1/20, Apertura f/3,5, ISO 200 y Distancia focal 18 mm. que, obviamente, no fueron los mejores para tomar la foto. Si esta foto la hubiera tomada en Jpeg posiblemente la hubiera podido arreglar un poco pero habría quedado igualmente bastante oscura. Pero, afortunadamente, la tomé en Raw.
Como se puede apreciar entre las dos imágenes hay bastante diferencia y parece bastante difícil de reconocer a una en la otra. Tomar nuestras imágenes en Raw siempre nos dará un margen de maniobra más amplio a la hora de obtener un buen resultado. Si estás dudando entre pasar a disparar en Raw o en Jpeg, te diré una cosa: ¡No te lo pienses!
Espero que este post os haya sido de utilidad.
El próximo día comentaremos cuáles son los programas con los que podemos editar nuestros archivos en Raw.
Saludos!!!
